El Museo de Historia Natural Río Seco (MHNRS) funciona sobre los restos arquitectónicos de la antigua planta de conservación frigorífica The South American Export Syndicate Lta., que data de 1903. Sus vestigios dan cuentan de uno los principales desarrollos industriales vinculados a la matanza y conservación de animales producidos a comienzos del siglo XX en Punta Arenas, Región de Magallanes y la Antártica Chilena.

La infraestructura actual del museo se compone de las antiguas oficinas, bodegas, galpones y depósitos de conservación de aquella época. En su interior el equipo curatorial de investigadores, científicos y artistas ha desarrollado un proyecto que transita entre la pedagogía documental con restos de animales ovíparos y mamíferos cetáceos, y la instalación de esos mismos restos de especies muertas, las que son exhibidas al público en forma de ensamblajes de arte, y cuyo fin es el fomento de la historia natural en la región.

La comprensión de archivo naturalista en el Museo de Historia Natural Río Seco, en medio de sus zonas extremas, se construye en función de una relación cotidiana, sensible y forense con las especies muertas. Sus procesos no se limitan a la contemplación u observación fija y estática sobre el territorio, sino que se orientan al trabajo de necropsia y acciones de descarnado de especies que han quedado varadas o violentadas por el entorno humano y no-humano.

Esta forma de archivo tensiona aquellas prácticas museográficas que clasifican la naturaleza, originando con ello contra-taxonomías probablemente más abstractas entre arte y ciencia, pero no por ello menos necesarias para una discusión sobre las distinciones entre lo humano y lo animal. Es así como el registro de la muerte animal puede ser abordado como un problema del arte, pero también como una necroestética cada vez menos centrada en la vida del hombre.

Asistentes de investigación

Luciana Pastor

Cristina Quiroz

María Valentina Araya.